1.- La odisea de los orígenes. Los secretos de nuestro pasado
La Tierra se formó como resultado de repetidos impactos de asteroides. La masa terrestre atrajo enormes meteoritos, que se precipitaron en su interior produciendo un aumento de la temperatura de la superficie rocosa que evaporó los óceanos de agua. Los primeros vestigios de vida que sobrevivieron a las infernales condiciones de la superficie terrestre lo consiguieron sepultados profundamente en el subsuelo. Milagrosamente, distintas formas de vida se fueron adaptando a las distintas crisis cataclísmicas que iba experimentando la Tierra durante su formación.
2.- La vida bajo el hielo. Primeras formas de vida compleja
La mayor parte de las formas de vida se extinguieron durante la Edad de Hielo que duró varios millones de años. El efecto invernadero creado por la acumulación de dióxido de carbono procedente de las erupciones volcánicas finalmente fundió el hielo y produjo la proliferación de los microorganismos fotosintetizadores. Colosales huracanes, surgidos del deshielo, removieron las aguas del océano creando las condiciones ideales para la formación de colágeno y el desarrollo de la vida. Con el colágeno a disposición las formas de vida fueron capaces de formar organismos mayores y más complejos.
3.- Al asalto de la Tierra. Nuevas fronteras en tierra firme
Hace 400 millones de años la formación continental causó el surgimiento de enormes montañas que favorecieron la formación de nubes. La lluvia produjo la concentración de agua a los pies de las montañas. Nuestro ancestro lejano, el Eustenopteron, un pez, se fue a vivir a estas aguas. Las hojas de los Archaeopteris, árboles primitivos, aportaban nutrientes a la vida, pero agotaban el oxígeno durante la estación seca. El Eustenopteron y otras especies de peces desarrollaron entonces protopulmones para sobrevivir en condiciones de escasez de oxígeno.
4.- El nacimiento de los mamíferos
Hace 250 millones de años la Tierra sufrió una inusitada actividad volcánica. El dióxido de carbono expulsado por la erupciones calentó el planeta causando que el hidrato de metano congelado bajo el suelo oceánico se calentase y fuera expulsado a la superficie, acelerando de este modo el calentamiento global y consumiendo el oxígeno atmosférico. La falta de oxígeno continuó durante unos 100 millones de años. Los mamíferos se vieron forzados a adaptarse. Su sistema de gestación evolucionó dentro de una matriz para conseguir una oxigenación suficiente del feto. Desarrollaron el diafragma para conseguir una respiración más eficiente.
5.- Evolucionar para sobrevivir. La ley del más fuerte
Después de que desaparecieran los dinosaurios hace unos 65 millones de años la Tierra estuvo dominada por gigantescas aves terrestres no voladoras, como el Diatrima. Los primates desarrollaron una habilidad única: la visión estereoscópica en color. Al ser capaces de calcular las distancias entre objetos pudieron desplazarse por los árboles sin bajar al peligroso suelo. Además, desarrollaron la fóvea, la parte del ojo que hace la visión más nítida, lo que les permitió encontrar comida de manera más eficiente. Las mejoras visuales trajeron consigo un efecto secundario: la comunicación a través de las expresiones del rostro. Esto condujo al establecimiento y mejora de un medio social entre los antropoides.
6.- La Tierra de los hombres. Las claves de la civilización
Las dos últimas especies de homínidos que coexistieron fueron los Neanderthales y los Sapiens. Los Neanderthales tenían un cerebro de, al menos, el mismo tamaño que el del hombre actual, pero se extinguieron hace unos 70.000 años. Un análisis de la estructura de su garganta permitió que los paleoantropólogos aventurasen que no podían pronunciar con claridad; por tanto, y si esta teoría se confirmara, podríamos pensar que su habilidad de comunicación con el lenguaje debió ser limitada. Sin embargo, los primeros Sapiens podían hacer uso del lenguaje para transmitir el conocimiento basado en la experiencia. Un factor clave para el triunfo y el desarrollo de la civilización.
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