los relatos que hay en este libro pueden usarse con la finalidad de ilustrar, o sea aclarar las verdades espirituales y eternas, de manera que éstas sean mejor comprendidas por la congregación a la cual se le predican.
Los profetas mencionados en el Antiguo Testamento y nuestro Señor Jesucristo –el Maestro y Predicador por excelencia- para ilustrar sus mensajes, algunas veces relataron costumbres sociales, acontecimientos ocurridos en las familias, casos históricos, hecho de la naturaleza física (de la tierra, del universo), etcétera, a fin de aclarar las verdades que deseaban comunicar. De semejante manera han procedido los más eficientes predicadores de los tiempos pasados y presentes.
Una anécdota, una historia, un dato científico, etcétera, puede llegar a ser ilustración desde el punto de vista homilético y hermenéutico, si queda apropiadamente incorporado en el sermón, de manera que sea parte de él y ayude a aclarar, en la mente de los oyentes, el pensamiento que el predicador está desarrollando y también ayude a fijar en esas mismas mentes la verdad que tal predicador está presentando. Si no es así, entonces tal anécdota, historia o dato científico o lo que sea, es solamente eso; pero puede ser ilustración si el predicador logra utilizarlo de manera que ilumine, que aclare lo que está enseñando por medio de su sermón.
Así pues, los relatos que hay en este libro pueden usarse con la finalidad de ilustrar, o sea aclarar las verdades espirituales y eternas, de manera que éstas sean mejor comprendidas por la congregación a la cual se le predican.
En este libro se ha procurado poner siempre a cada ilustración el nombre de su autor o el del libro o revista de donde fue tomada; pero en algunos casos no ha sido posible hacer esto, lo cual es de sentirse. Además, a cada ilustración se le ha puesto una o más referencias bíblicas a fin de facilitar la adaptación
recíproca de éstas con esa ilustración particular. En este libro hay un índice de asuntos y temas, en el que se puede buscar el tema o asunto que se desee tratar, y al encontrarlo si lo hay, se observará que tiene un número que es el de la ilustración correspondiente.
El propósito que ha impulsado al compilador de las presentes ilustraciones para hacer este arreglo, ha sido el de ayudar, aunque sea un poco, a sus consiervos “en la viña del Señor”, a presentar las buenas nuevas de salvación para que el reino de Dios sea extendido y establecido en la tierra, y con esto reciban honra y gloria el Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo. Alfredo Lerín.
Me parece interesante el aporte pero tiene password para abrirlo :s Se descomprimió con “juancrodriguez” pero para abrirlo pide un pass q no se sabe cual sea. GRACIAS de to2 mo2. Salu2