Desde luego, el juego de Bugbear entra por los ojos nada más verlo. Gracias a unas características muy definidas y que visualmente hacen mucho por el juego, la sensación es la de estar ante todo un portento gráfico de nueva generación. Bien es verdad que el conjunto nos deja muy sorprendidos a primera vista, pero si escarbamos debajo del primer vistazo, veremos que los chicos de Bugbear han sabido “decorar” su juego de forma brillante para que sea agradable con poco esfuerzo en cuanto a sacarle potencia a la máquina en cuestión de poligonización y sí en cuanto a efectos gráficos o gestión de partículas.
Tanto en la intro como en los menús, FUC muestra lo que es: un arcade frenético, directo y sin muchas complicaciones de menús. Tanto el tipo de letra, como el “ambiente” del juego, nos recuerda sobremanera a otro gran título de conducción extrema: BurnOut. El juego de Criterion puede considerarse, si cabe, inspirador de este juego, aunque FlatOut utilice un componente menos urbano en general, y sí más humorístico que el juego de EA.
Una vez metidos en “harina”, el apartado gráfico de FUC es realmente completo, robusto y espectacular en cualquier momento del juego. Desde los vehículos, pasando por el diseño de los circuitos, las pruebas de pelele, los accidentes, la aplicación de la luz, los efectos de partículas y en especial un texturizado brillante que ayuda en gran medida a dar una sensación de potencia visual a la altura de la máquina.
Los escenarios tienen una gran variedad temática, desde circuitos montañosos a otros más urbanos, pero todos con gran cantidad de detalles y llenos –repetimos: llenos- de objetos interactivos que destruir o arrasar. Incluso en multitud de situaciones podremos utilizar el escenario a nuestro favor (por ejemplo, destruir un cierre de un contenedor que desparrama gran cantidad de troncos por la carretera, dificultando el paso de nuestros perseguidores).
Rock en toda su extensión. No estamos ante un juego que posea una banda sonora llena de grupos de ventas millonarias, ni de canciones que se oyen todos los días en la radio. Pero lo que sí podremos oír es calidad en cualquiera de las canciones de la tracklist que incluye. Temas potentes, pegadizos, llenos de fuerza que se nos quedarán en la mente aunque apaguemos la consola. Destacan piezas como “Fueled by adrenalina”, “Narcotic” o “Relieve it”. Grupos como “No connection”, “Dead poetic” o “Luna halo” nos dan una muestra de su buen hacer en este juego. Como decíamos, Rock para un juego que requiere rock.
No desentona en absoluto, aunque le falta contundencia en los fx de los motores de los vehículos. Multitud de samplers de destrucción, tanto de vehículos como en los escenarios. Cristales, paredes, frenazos, turbos, gritos del pelele,… variedad para nuestros oídos en todos los ámbitos, en todas las situaciones imaginables que podemos vivir con las múltiples pruebas que tendremos que pasar, y un realismo en la destrucción de los escenarios que sólo cojea por –como decíamos antes- falta de potencia en algunas situaciones y elementos que requerían más “caña”. Pero en general, muy bien.