Año 1715. Los piratas dominaban todo el Caribe y habían establecido su propio gobierno en el que la corrupción, la codicia y la crueldad eran las únicas leyes.
Entre estos hombres destacaba un joven y altivo capitán llamado Edward Kenway. Su lucha por conseguir la gloria le granjeó el respeto de leyendas como Barbanegra, pero también le sumergió de lleno en la histórica lucha entre Assassins y templarios, una lucha que amenazaba con destruir todo lo que los piratas habían creado.
Bienvenidos a la era de oro de los piratas.