Cuando estaban en el instituto, Sono le confesó sus sentimientos a Sato, pero sin éxito.
Años después, en la actualidad vive de gorrona en el piso de Hiroko, su actual pareja. Sono sigue sin haber olvidado a Sato, hasta el punto de gritar su nombre mientras mantiene relaciones con Hiroko, lo que acaba causándole serios problemas…