Durante el mes de octubre en su tercer año de preparatoria, Koyomi Araragi conoce a una estudiante transferida llamada Ougi Oshino, a través de Kanbaru Suruga. Ougi le dice a Koyomi que ella quiere consultarle algo. Entonces dibuja el mapa de la escuela Naoestu y encuentra algo peculiar.
 
Este descubrimiento revela una historia que no se suponía que fuera contada y esto hace de la vida de Koyomi en la escuela algo totalmente diferente. Es la historia que trae a la luz “qué” hace Koyomi Araragi. Es la historia que revela el “inicio” de todo.

Este rumor parece una simple leyenda urbana, pero poco a poco se extiende entre los más jóvenes y demuestra ser real. La chica es Ai Enma, y cuando empatiza con el rencor de uno de los “clientes”, convierte a su ser odiado en su objetivo para enviarlo al infierno a pagar por su actitud.

Eso sí, la leyenda se deja un detalle: para ello hay que aceptar un contrato con Ai Enma. ¿El precio? Que tu alma vaya también al infierno, aunque solo tras tu muerte.

Ambos estudiantes forman parte del “Club de servicio” que la administración de Sakurada utiliza para observar a las personas con poderes y proteger la paz. Usando sus poderes, dando que Kei es capaz de recordarlo todo incluso cuando el tiempo se ha “reseteado”, van resolviendo casos para el club. Es entonces cuando Kei descubre la existencia de la piedra MacGuffin, que aunque parece una piedra negra sin valor, pondrá la existencia de Sakurada en tela de juicio.