La esmeralda más grande del mundo –de 380 kilos– fue descubierta en Brasil en 2001. La historia resultante de engaños, obsesión y desatinos es tan insólita que es difícil de creer. Un hombre de negocios de California dice haberla comprado en Brasil por apenas sesenta mil dólares, pero su comprobante de compra sospechosamente desaparece en un incendio en su casa. Otro hombre de negocios obtiene el título de la esmeralda, pero lo pierde en un negocio de diamantes que no se concreta, según él, porque fue secuestrado por la mafia brasileña. En el medio, la esmeralda pasa semanas sumergida bajo el agua en una bóveda de Nueva Orleáns después de que el huracán Katrina deja inundada la ciudad. Cuando la esmeralda llega al sistema judicial de California en 2008, no menos de ocho personas se adjudican el derecho a reclamarla y luchan por quedarse con una piedra que está valorada en alrededor de cuatrocientos millones de dólares.