Unity es un entorno de desarrollo de videojuegos que en pocos años ha pasado de ser la opción elegida por muchos desarrolladores independientes debido a su sencillez de manejo y bajo coste, llegando incluso a ser utilizado por compañías de renombre Obsidian o InXile a la hora de ejercer de motor y base para proyectos comerciales de envergadura.
La versatilidad de Unity permite que sus usuarios puedan crear cualquier género de videojuego con mucha comodidad. Es posible trabajar tanto con un motor/engine 3D como con un en 2D. De la misma forma, podremos sacar partido de la tecnología Direct3D y OpenGL, así como otras tantas librerías que podemos encontrar creadas por su comunidad, todo depende de hasta dónde queramos llevar el videojuego. Las últimas versiones de Unity, de hecho, son compatibles las versiones más actualizadas de DirectX, lo que puede llevar a la creación de videojuegos con gráficos verdaderamente espectaculares. Y lo que es mejor, a lanzar estos juegos directamente en un navegador gracias a uno de los plugins incluidos dentro del motor.
La versión gratuita de Unity, que es la ofrecida, incluye las prestaciones básicas. Motor de físicas potenciado por NVIDIA PhysX, audio 3D, posibilidad de añadir multijugador, y decenas de otras opciones a todos los niveles. Algunos juegos conocidos que utilizan Unity son, por ejemplo, Triple Town, Bad Piggies, Slender: The Arrival, Dead Trigger, Temple Run, Game of Thrones: Seven Kingdoms o Wasteland 2.
Unity es uno de los entornos de desarrollo de videojuegos más versátiles que existen. Y la prueba la encontramos en la enorme cantidad de proyectos que salen cada día tanto para Windows, como para Mac, navegadores, Android o iOS.